¿Cómo hacer un control de inventarios?

¿Cómo hacer un control de inventarios?

Una parte fundamental del éxito de cualquier negocio es la administración eficiente de recursos. Particularmente cuando hablamos de operaciones de producción, tenemos que tener un excelente control de los materiales de los que disponemos, y de su lugar en nuestras cadenas de suministros. Los controles de inventarios tienden a ser subestimados por nuevos emprendedores con la idea de que sólo es necesario hacer un conteo. Pero cuando tomamos en cuenta requerimientos de transporte, productos perecederos o capacidades de almacenamiento, entendemos las verdaderas complicaciones de este proceso. 

¿Cómo se hace un control de inventarios?

Existen varias metodologías para hacer un control de inventarios que se adaptan a las necesidades de cada organización. Revisemos cada una para entender un poco cómo funcionan, y cuál podría ser la más útil para ti. 

Nivel mínimo:

Esto consiste en establecer el inventario mínimo que tu negocio necesita para mantener su producción. Cuando llegues a ese punto mínimo, tendrás que adquirir más material. Es una excelente forma de asegurarte que nunca te falten recursos para operar, pero puede ser difícil determinar la cantidad de material que debes adquirir cada vez. 

Nivel establecido:

De manera similar al método anterior, este sistema consiste en establecer la cantidad ideal de recursos para tus operaciones. Cada vez que hagas inventario, haces pedidos para regresar a ese nivel. Esto podría ser muy útil si el inventario que necesitas no genera costos adicionales al hacer pedidos frecuentes. 

Cantidad económica de la orden: 

Este es un sistema mayormente poco utilizado hoy en día que consiste en usar una fórmula para determinar el balance perfecto entre demasiado inventario y muy poco. Se le han hecho varias modificaciones a la fórmula para actualizarla, pero aún así requiere de cálculos complejos, por lo que la mayoría de las empresas que aún usan este método lo hacen a través de software especializado. 

Justo a tiempo:

Como el nombre lo indica, esto consiste en sólo hacer pedidos de insumos cuando tu stock esté terminándose, para recibirlo “justo a tiempo”. Claramente tiene el beneficio de que podrás aprovechar el tiempo de vida de tus productos, y minimizarás la cantidad de pedidos. Sin embargo, sólo es recomendable cuando tus proveedores son muy confiables y puntuales en sus entregas, ya que corres el riesgo de quedarte sin stock. 

Por fecha:

Esto involucra organizar tu inventario por antigüedad, de manera que lo más antiguo se utilice primero. Luego, utilizas el flujo natural de tu producción para determinar cuánto producto necesitas, y cuándo debes adquirirlo dependiendo de la antigüedad de tu stock actual. Esto es particularmente útil para empresas que usan insumos y productos perecederos. 

La mayoría de las empresas considera todas estas técnicas con cuidado al momento de escoger la ideal para ellos. A menudo, hacen combinaciones de más de una para asegurarse de que sus recursos se utilicen lo más eficientemente posible. Recuerda considerar la vida útil de tus insumos y productos, analizar con cuidado tus procesos de producción y la manera en que tus cadenas de suministros cambian a diferentes escalas. 

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